El 13 de Julio de 1917, durante la tercera aparición de la Santísima Virgen en Fátima a los pastorcillos, Nuestra Señora les habló de Rusia. Dijo que Rusia difundiría sus errores por todo el mundo, pero que al final se convertiría y su Corazón Inmaculado triunfaría. Añadió que volvería para pedir la Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón, lo cual realizó algunos años más tarde: el 13 de junio de 1929 se apareció a Sor Lucía en Tuy y le pidió que el Santo Padre consagrara Rusia a su Inmaculado Corazón.
Como se sabe Juan Pablo II realizó esa consagración el 25 de marzo de 1984 y a partir de ese momento en Rusia se han construido más de 20.000 Iglesias y se han bautizado alrededor del 70 por ciento de sus habitantes. Aunque las consecuencias del comunismo ateo siguen siendo enormes y el tanto por ciento de fieles practicantes no es elevado, ya no se puede decir que es un país ateo, sino un país religioso que favorece la práctica de la religión. En ese sentido podemos decir que Rusia se ha convertido, aunque no en plenitud.
Para que los mismos rusos, especialmente los católicos, puedan dar gracias al Inmaculado Corazón de María por lo sucedido y para ayudar a que el triunfo de ese Corazón se haga pleno existe este proyecto de construir un Santuario de Fátima en San Petersburgo. El proyecto ha sido autorizado, después de consultar con la Santa Sede, por el obispo Joseph Werth, ordinario para los católicos de rito oriental de toda Rusia.
El Santuario tiene una vocación ecuménica y universal. Hay muchos hermanos ortodoxos que estiman mucho las Apariciones de Fátima. Por ejemplo, el Metropolita de Volokolamskiy, Hilarión, Presidente del Departamento para la relación con otras iglesias del Patriarcado de Moscú, ha visitado recientemente Fátima, así como ya lo hizo su predecesor Nikodim Rotov, muerto después en los brazos de Su Santidad Juan Pablo I.
El Patriarca de Constantinopla Bartolomé I bendijo en el Fanar una copia del Icono de Fátima. Esperamos que nuestros hermanos ortodoxos se sumen a esta acción de gracias a la Madre de Dios de Fátima.
Además, el Santuario dará la posibilidad a muchos creyentes de todo el mundo, amantes de la Virgen, especialmente bajo la advocación de Fátima, de hacerse presentes en San Petersburgo para dar gracias a la Virgen por el cambio producido en Rusia y para rezar por el triunfo pleno del Inmaculado Corazón de María.